Desperté de mi sueño
Olí el suave perfume de los bosques
La suave brisa estremeció mi cuerpo
Intente seguir con los ojos cerrados
Pero tu voz me llamaba
Quise huir de ti, pero tu mirada
Me paralizaba
Ahora dime si tú eres mi sueño
¿Eres la suave brisa que tocaba mi cara?
¿Naciste de mis fantasías?
¿Eres mi sueño cumplido?
¿Eres el espejismo de mis fantasías?
Déjame respirar, permíteme sentir tú
Silencio y buscar las respuestas
Ahora escucha lo que tengo que decir
El silencio me pide ser asesinado
El viento me ah susurrado que eres mi sueño
Echo realidad…
Con el paso del tiempo te has convertido en mí
Droga
Tu cercanía borra los malos momentos
Y ya no puedo olvidar tu rostro
Cierro mis ojos, al abrirlos, aun sigues a mi lado…
Me alegra saber que no eres un sueño…
Eres mi realidad.
domingo, 7 de noviembre de 2010
jueves, 21 de octubre de 2010
Zadkiel, el ángel caído.
Hoy es una noche como cualquiera, una noche más de recuerdos, aunque no todas las noches de mi vida han sido ni serán iguales. Esta noche fabrico mis sueños y tengo miedo al mañana.
Como todas las noches espero a Zadkiel, mi amigo, mi pequeño cuervo, el es un ángel caído, fue expulsado del cielo por que no logro entender algunos actos de Dios, él y yo tenemos, una cosa en común…yo tampoco entiendo muchos mandatos que me hacen cumplir.
Yo conocí a Zadkiel una noche lluviosa donde el viento soplaba parecía relatarme mi historia, yo salí a caminar para tratar de calmar el dolor que sentía aquella vez, tenía la cara mojada pero con la lluvia que caía mis lágrimas se confundían con el agua, sentí la necesidad de correr por el bosque hasta desintegrarme en mil pedazos y entonces ya no sentir nada, pero eso es prácticamente imposible, así que impotente paré mi huida; al detenerme, vì una figura de algo que parecía ser humano, realmente hermoso, estaba sentado bajo un árbol a la luz de la luna con la cabeza agachada y cubierta por unas alas rotas y sangrantes, su cuerpo parecía tener llagas igualmente sangrantes y poco a poco esta figura perdía su brillo.
Aquel espectáculo que aparecía ante mis ojos me hizo olvidar el dolor que sentía, por mucho tiempo me quedé observando, y mi cuerpo no me respondía, el dolor de Zadkiel era más grande que el mío. Después de un tiempo él levantó la cabeza y pude ver su rostro del cual emanaban lágrimas de sangre, esa noche había sido expulsado del cielo.
No pudo hablarme, hablaba el lenguaje más antiguo del mundo, pero con su sabiduría poco a poco logró entender el idioma de los mortales. Con el tiempo nos fuimos complementando uno al otro, fuimos sanando nuestros dolores.
Después de diez lunas, Zadkiel se convirtió en un hermoso cuervo, aunque era aún más hermoso en su forma angelical; poco a poco sus alas rotas fueron disminuyendo de tamaño y su bello rostro se fue llenando de beldades plumas negras brillantes, sus manos se convirtieron en patas con filosas garras y cada luna poco a poco fue mutando una parte de su cuerpo.
Anteriormente yo solía visitarlo en una cueva en medio del bosque donde se ocultaba para no ser visto, él me contó su historia, decía que su estancia en la tierra sería relativamente corta, pues esperaba su juicio final y le estaba esperando un destino caótico y apocalíptico.
Una noche, me abrigaba para salir en busca Zadkiel, pero me detuve al oír unos aleteos en mi ventana, me encontré ante la presencia de un cuervo negro, la luna iluminaba su brillante plumaje, abrí la ventana, el no me pudo hablar, había perdido el don de la palabra, pero adquirió otro; con sólo mirar sus ojos, yo podía saber lo que él quería decirme.
Esa noche me contó lo que había pasado, sus ojos se tornaron aún más brillantes, pude comprender su dolor y sentirlo como propio.
Hoy ,como todos los días, estoy esperando a mi hermoso cuervo, mientras espero su llegada observo las estrellas que brillan más que otras noches, estoy ante la presencia de estrellas incontables, que me hacen recordar una de las pocas historias que me contaba mi madre cuando era niña. Ella solía decirme que aquellas tres estrellas juntas que brillaban en el cielo eran tres bondadosos reyes que habían llevado sus ofrendas al hijo de Dios, pero hoy, ya no creo esa historia, ahora sé que en verdad son el cinturón de Orión.
También solía decirme que las cuatro estrellas que toman forma de pino, eran un pino de navidad, y yo decidí bautizarlo como mi pino personal, ya que me recordaba mi nacimiento, que fue en un invierno hace ya más de una decena de años; pero hoy también sé que en realidad esas estrellas son la osa menor, y ahora ni siquiera logro tomarle la forma de pino que solía tomarle anteriormente…creo que eso sólo estaba en mi imaginación, o quizás ya perdí la esperanza.
Algunas veces me gustaba creer las historias de mi madre, otras veces las creía por que la verdad era más lastimosa, pero desafortunadamente nunca logré creerle a mi madre del todo.
El aleteo de Zadkiel rompió el hilo de mis pensamientos, se acercaba lentamente y su figura era iluminada por la luna; aquél, era un espectáculo sublime ante mis ojos, mi corazón se aceleró de alegría al verlo llegar.
Zadkiel se paró en la orilla de mi balcón, y yo lo acaricié, como ya es costumbre, pude ver en sus ojos lo que él me querría decir. A veces, logro ver algunas imágenes en sus ojos, de las historias que me relata.
Me cuenta de su estancia en el paraíso, de lo hermosa que era, y de cómo ayudaba a cuidar la vida humana desde las nubes, me cuenta que a veces bajaba a la tierra en forma de humano para ayudar a los más necesitados, y luego volvía a subir; pero un día al bajar a la tierra, cometió un error, viò ante sus ojos a la mujer más hermosa y bondadosa que puede existir, ella quizás debió estar en el cielo, pero por alguna razón estaba en la tierra.
Los Ángeles tienen prohibido enamorarse de la forma en que nosotros los humanos lo hacemos, Dios decepcionado de él lo desterró, y así fue como ahora está aquí a mi lado.
Zadkiel, aún no logra entender por qué los Ángeles no pueden enamorarse, yo lo entiendo de alguna manera, pero rechazo mi entendimiento.
Cuando empiezo a tener sueño, Zadkiel desprende su alma y así se mete en mis sueños y juntos viajamos a otras dimensiones por medio de ellos, pero desafortunadamente tengo que despertar y volver a mi vida de mortal, que no quiero vivir más.
Cuando despierto, veo los rayos del sol y Zadkiel se va, mi corazón vuelve a sangrar y mi alma se quiebra de tajo, pero de alguna manera tengo que darle fuerza a mis pies para levantarme de mi lecho y comenzar mis actividades que me desgastan cada día más, y cada mañana tengo la esperanza de que el día será mejor, y mantengo la ilusión de que mi futuro va a brillar más que el sol, y con esta ilusión me levanto todos los días, pero algunas veces me decepciono de mí misma, de mis errores y de mi falta de conocimientos que me hacen sentir ridícula ante los demás, más que nada ante los ojos de mis superiores en la tierra.
Mi día ha comenzado, 5 de la mañana, abro mis ojos, pongo los pies fuera de mi lecho, con un esfuerzo sobre humano, doy unos pasos, a veces pienso si acaso tiene sentido levantarse todas las mañanas como cientos de personas…pero ¡oh noo! ¡ni pensarlo!, en ese instante interrumpe mis pensamientos mi segundo yo, y me dice que no sea mediocre que me levante de donde estoy que todo en esta vida tiene sentido, y así es como regularmente comienzan mis días, así es como un nuevo camino empieza a abrirse sólo para mí.
Jóvenes…estudien, hagan la tarea, piensen en su futuro, ¡no! ¡esto está mal! Siéntate, bla, bla, bla, miles de frases más que a veces son mi inspiración para seguir y a veces son un escalón lleno de agua por el que me resbalo, eso es lo que dicen mis sabios y a veces no tan adorados maestros. La mayoría de las veces tomo su conocimiento y sabiduría, pero últimamente no entiendo ni una letra de lo que dicen…y todo por mis dolores banales que me aquejan.
El anhelado receso llega, fuuun… el salón se queda sin un alma en pocos segundos, sólo los “intelectuales” permanecen en sus asientos con su cuaderno en la mano, casi pegado a sus narices. Me dispongo a salir a dar una vuelta por la escuela, mi alma está buscando algo, pero mis ojos en definitiva se niegan a mirarlo, es como un imán que me atrae ante la presencia de la causa de mis dolores…y ahí está ante mi presencia mi joven amor, la daga en mi corazón, lágrima de mis ojos, destrucción de mi alma…y, de nuevo los recuerdos empiezan a revivir como una película en retroceso, amor, mi vida, mi cielo y demás palabras cursis que solía escuchar a diario. De esto sólo han quedado cenizas, su desequilibrio químico ha cesado, pero yo aún sigo corrompida… hoy no quiero hablar de eso.
El timbre rompe el hilo de mis recuerdos, tengo que entrar a clases, otra cátedra más, bla, bla, sólo voces y más voces y no logro descifrar nada, sólo espero el fin del día, espero mi anhelada noche, quiero ver a Zadki, como suelo decirle cariñosamente a mi adorado cuervo.
Los minutos pasaron y por fin la oscuridad llegó, la típica aparición de Zadki, hizo palpitar mi corazón de alegría, una noche más con él, otra historia más.
Mirar sus ojos es como mirar todo un mar de sabiduría, él rápidamente identifica la daga que está dentro de mi, a aquel dolor banal que me atormenta, sus ojos me lo dijeron todo, me contó la verdadera definición del amor, escrito en las sagradas escrituras: el amor es paciente y muestra compresión, el amor no tiene celos, no aparenta ,no se infla, no actúa con bajeza, no busca sus propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo, no se alegra de lo injusto, si no que se goza de la verdad, perdura a pesar de todo y lo soporta todo, el amor nunca pasará, las profecías perderán su razón de ser, callaran las lenguas y ya no servirá el saber más elevado.
Sus palabras me conmueven, yo sé que él tiene la razón.
Zadkiel, a menudo va a la iglesia que se encuentra en el pueblo, se posa en la torre más alta, donde se encuentra una enorme gárgola que custodia el caserío, en el día permanece quieta, y en la noche emprende su vuelo a tierras cercanas vigilando que todo esté bien.
La gárgola que se encuentra erguida en la vieja catedral del pueblo y zadkiel, se han vuelto inseparables compañeros, tienen cosas en común…
Otro día más, me encuentro con Damián, mi coadjutor de la escuela, uno de los pocos que me entiende y no me juzga, juntos nos hemos liberado de nuestras penas, compartimos los mismos pensamientos , esta mañana reflexionamos sobre un término que nos dio un catedrático: adolescente( del verbo adolecer).
Pensamos que de alguna manera tiene razón, pues cuando estamos en la edad de adolecer, hasta el más mínimo viento nos afecta, y deseamos que el mismo cielo sea para nosotros, nos formulamos miles de teorías más. Que a muchos les parecerán locas, pues sólo nosotros las entendemos, solos los dos entendemos el lenguaje de nuestro mundo.
Damián y yo solemos caminar todas las tardes. por el centro del pueblo desviándonos a la orilla del río, donde compartimos nuestras filosofías, le he contado que he estado escribiendo un diario, porque a veces necesito a quien contarle todo lo que me pasa, pero temo aburrirlo con mis historias y que me juzguen, por eso, lo he dejado todo escrito en un cuaderno, donde he procurado apuntar todo lo que me aqueja desde el primer día que recuerdo en mi vida, desde el primer día de escuela, las palabras de mi madre, amigos, el primer amor, y toda mi vida, lo he dejado escrito.
Le he hecho una petición a él, Damian, mi único amigo mortal, el que va a cumplir mis deseos; le he dicho que cuando yo muera quiero que lean mi diario en mi funeral, él se ha desconcertado con mi petición, pues dice que mi final está muy lejos, he observado sus ojos tristes al oír mis palabras, decido desviar el tema, pues no quiero agobiarlo…está llegando la oscuridad y recuerdo mi cita diaria con zadkiel, así que me despido de él.
Es media noche y Zadkiel no ha llegado, mis ojos comienzan a cerrarse y poco a poco me vence el sueño…los rayos del sol se filtran por mi ventana, ha amanecido y no hay rastros de Zadkiel; desesperada, corro a la iglesia del pueblo a buscarlo, miro a lo más alto y no hay rastros de él, sólo esta su paciente amigo la gárgola, pero está inerte y tengo que esperar hasta la noche para que tome vida. A punto de un desmayo, sospechando lo peor, me dirijo a la escuela.
Hoy es el día más largo, estoy impaciente esperando el anochecer, me refugio en los brazos de la soledad pues hoy es mi única compañera.
Por fin la noche ha llegado, espero unas horas a Zadkiel, pero no llega, así que voy en busca de su fiel amigo, lo encuentro volando entre los árboles haciendo su habitual rondín por la zona, con su voz que parece resonar entre piedras, me dice que desde la noche anterior no ha visto a Zadkiel, mi corazón disminuye su palpitar, sabe qué es lo que ha pasado con aquel cuervo… ¿será que ha llegado su juicio final?
Corro sin dirección fija sólo quiero desintegrarme para no sentir la ausencia de zadkiel, pero mi corazón no resiste demasiado y en un brusco respiro detiene su palpitar.
Todo se torna oscuro, esto ¿es mi final?, de repente siento una suave brisa y ya no siento la pesadez de mi cuerpo, estoy más ligera, tan ligera que por fin puedo volar, me pregunto si ha llegado mi final…
He llegado hasta la escena donde mi madre cae de rodillas ante mi cuerpo y con ella mi amigo Damián a su lado trata de darle fuerza, todo se torna silencioso, en un corto tiempo me encuentro en el cuarto de un hospital, decenas de tubos conectados a mi cuerpo, el respirador artificial me impide que me esfume del todo, mi esencia vaga por los pasillos del hospital veo a mi madre que apenas se mantiene en pie y a un lado la sostiene Damián, con mi diario en mano, él cree que es momento de entregárselo a mi madre.
Las primeras letras son leídas: pido perdón por mi pronta partida, mi amada madre por fin sabrás los dolores de mi vida…
Recorro aquel pasillo donde sólo he dejado dolor y voy en busca del destino de zadkiel, ahora puedo volar e ir en su busca. He buscado en el pueblo, en el bosque en todos los rincones, pero no hay rastro de el, ¿Dónde estás zadkiel?.
Decepcionada regreso al hospital, no hay ni un rastro de mi ángel, estoy sentada en uno de los pasillos del hospital, enfermeras y doctores pasan incluso encima de mi.
Estoy vagando por los pasillos del hospital, decenas de enfermos yacen sobre sus camillas, en algunos se hallan sus espíritus al pie de la cama. En la última cama del pasillo más alejado yace el cuerpo de un joven, sus ojos aun están abiertos, en ellos se refleja el sufrimiento de su dolorosa muerte, su cara y todo su cuerpo se ha tornado amarillo, algunas llagas resaltan en sus labios y en su cuerpo, su espíritu se encuentra de lado izquierdo de la camilla y un espléndido ángel está a su derecha cerrando los ojos de aquella cara de semblante triste.
Aquel ángel ere Zadkiel, cumpliendo de nuevo su labor en la tierra. Ahora yo puedo ver lo que los ojos de un vivo no son capases de mirar.
El portal de las dimensiones se abría ante mis ojos y de él salió una suave brisa guiada por una luz incomparablemente bella, ahora dos Ángeles entran en el portal.
¿Cómo es que zadkiel se había librado de su pecado?
Un misterio más para mi…a menos hasta que él venga y me lo aclare.
Hoy es una semana más de mi vida artificial, mi madre aún se mantiene arrodillada esperando una señal de vida.
Sigo esperando un respiro de vida, o quizás la mano piadosa del final. Permanezco a un lado de mi madre, intento abrazarla, pero mis manos atraviesan su cuerpo y ella aún continua llorando, he intentado limpiar sus lágrimas, pero no puedo, nunca me había sentido tan impotente como hoy, lo único que quiero es que mi madre me abrace, pero ni siquiera logra verme.
Temo que puede llagar mi fin.
Zadkiel por fin está a mi lado, por primera vez temo a su presencia.
Ahora convertido en un espléndido ángel lleno de luz conversa conmigo. Dios ha lavado sus pecados ha quitado el amor mortal de su ser y de nuevo es un ángel.
Como el ángel que ahora es ha limpiado mis ojos, ahora veo con claridad, y las nubes de mis pensamientos se han esfumado.
Ahora puedo regresar a mi cuerpo, puedo abrazar a mi madre.
La vida es un regalo divino, y aunque a veces hay espinas en el camino, Dios nos ha dado el poder de mirar el camino, el saber de razonar y la fe, de los errores se aprende, el dolor sólo fortalece al alma.
Como todas las noches espero a Zadkiel, mi amigo, mi pequeño cuervo, el es un ángel caído, fue expulsado del cielo por que no logro entender algunos actos de Dios, él y yo tenemos, una cosa en común…yo tampoco entiendo muchos mandatos que me hacen cumplir.
Yo conocí a Zadkiel una noche lluviosa donde el viento soplaba parecía relatarme mi historia, yo salí a caminar para tratar de calmar el dolor que sentía aquella vez, tenía la cara mojada pero con la lluvia que caía mis lágrimas se confundían con el agua, sentí la necesidad de correr por el bosque hasta desintegrarme en mil pedazos y entonces ya no sentir nada, pero eso es prácticamente imposible, así que impotente paré mi huida; al detenerme, vì una figura de algo que parecía ser humano, realmente hermoso, estaba sentado bajo un árbol a la luz de la luna con la cabeza agachada y cubierta por unas alas rotas y sangrantes, su cuerpo parecía tener llagas igualmente sangrantes y poco a poco esta figura perdía su brillo.
Aquel espectáculo que aparecía ante mis ojos me hizo olvidar el dolor que sentía, por mucho tiempo me quedé observando, y mi cuerpo no me respondía, el dolor de Zadkiel era más grande que el mío. Después de un tiempo él levantó la cabeza y pude ver su rostro del cual emanaban lágrimas de sangre, esa noche había sido expulsado del cielo.
No pudo hablarme, hablaba el lenguaje más antiguo del mundo, pero con su sabiduría poco a poco logró entender el idioma de los mortales. Con el tiempo nos fuimos complementando uno al otro, fuimos sanando nuestros dolores.
Después de diez lunas, Zadkiel se convirtió en un hermoso cuervo, aunque era aún más hermoso en su forma angelical; poco a poco sus alas rotas fueron disminuyendo de tamaño y su bello rostro se fue llenando de beldades plumas negras brillantes, sus manos se convirtieron en patas con filosas garras y cada luna poco a poco fue mutando una parte de su cuerpo.
Anteriormente yo solía visitarlo en una cueva en medio del bosque donde se ocultaba para no ser visto, él me contó su historia, decía que su estancia en la tierra sería relativamente corta, pues esperaba su juicio final y le estaba esperando un destino caótico y apocalíptico.
Una noche, me abrigaba para salir en busca Zadkiel, pero me detuve al oír unos aleteos en mi ventana, me encontré ante la presencia de un cuervo negro, la luna iluminaba su brillante plumaje, abrí la ventana, el no me pudo hablar, había perdido el don de la palabra, pero adquirió otro; con sólo mirar sus ojos, yo podía saber lo que él quería decirme.
Esa noche me contó lo que había pasado, sus ojos se tornaron aún más brillantes, pude comprender su dolor y sentirlo como propio.
Hoy ,como todos los días, estoy esperando a mi hermoso cuervo, mientras espero su llegada observo las estrellas que brillan más que otras noches, estoy ante la presencia de estrellas incontables, que me hacen recordar una de las pocas historias que me contaba mi madre cuando era niña. Ella solía decirme que aquellas tres estrellas juntas que brillaban en el cielo eran tres bondadosos reyes que habían llevado sus ofrendas al hijo de Dios, pero hoy, ya no creo esa historia, ahora sé que en verdad son el cinturón de Orión.
También solía decirme que las cuatro estrellas que toman forma de pino, eran un pino de navidad, y yo decidí bautizarlo como mi pino personal, ya que me recordaba mi nacimiento, que fue en un invierno hace ya más de una decena de años; pero hoy también sé que en realidad esas estrellas son la osa menor, y ahora ni siquiera logro tomarle la forma de pino que solía tomarle anteriormente…creo que eso sólo estaba en mi imaginación, o quizás ya perdí la esperanza.
Algunas veces me gustaba creer las historias de mi madre, otras veces las creía por que la verdad era más lastimosa, pero desafortunadamente nunca logré creerle a mi madre del todo.
El aleteo de Zadkiel rompió el hilo de mis pensamientos, se acercaba lentamente y su figura era iluminada por la luna; aquél, era un espectáculo sublime ante mis ojos, mi corazón se aceleró de alegría al verlo llegar.
Zadkiel se paró en la orilla de mi balcón, y yo lo acaricié, como ya es costumbre, pude ver en sus ojos lo que él me querría decir. A veces, logro ver algunas imágenes en sus ojos, de las historias que me relata.
Me cuenta de su estancia en el paraíso, de lo hermosa que era, y de cómo ayudaba a cuidar la vida humana desde las nubes, me cuenta que a veces bajaba a la tierra en forma de humano para ayudar a los más necesitados, y luego volvía a subir; pero un día al bajar a la tierra, cometió un error, viò ante sus ojos a la mujer más hermosa y bondadosa que puede existir, ella quizás debió estar en el cielo, pero por alguna razón estaba en la tierra.
Los Ángeles tienen prohibido enamorarse de la forma en que nosotros los humanos lo hacemos, Dios decepcionado de él lo desterró, y así fue como ahora está aquí a mi lado.
Zadkiel, aún no logra entender por qué los Ángeles no pueden enamorarse, yo lo entiendo de alguna manera, pero rechazo mi entendimiento.
Cuando empiezo a tener sueño, Zadkiel desprende su alma y así se mete en mis sueños y juntos viajamos a otras dimensiones por medio de ellos, pero desafortunadamente tengo que despertar y volver a mi vida de mortal, que no quiero vivir más.
Cuando despierto, veo los rayos del sol y Zadkiel se va, mi corazón vuelve a sangrar y mi alma se quiebra de tajo, pero de alguna manera tengo que darle fuerza a mis pies para levantarme de mi lecho y comenzar mis actividades que me desgastan cada día más, y cada mañana tengo la esperanza de que el día será mejor, y mantengo la ilusión de que mi futuro va a brillar más que el sol, y con esta ilusión me levanto todos los días, pero algunas veces me decepciono de mí misma, de mis errores y de mi falta de conocimientos que me hacen sentir ridícula ante los demás, más que nada ante los ojos de mis superiores en la tierra.
Mi día ha comenzado, 5 de la mañana, abro mis ojos, pongo los pies fuera de mi lecho, con un esfuerzo sobre humano, doy unos pasos, a veces pienso si acaso tiene sentido levantarse todas las mañanas como cientos de personas…pero ¡oh noo! ¡ni pensarlo!, en ese instante interrumpe mis pensamientos mi segundo yo, y me dice que no sea mediocre que me levante de donde estoy que todo en esta vida tiene sentido, y así es como regularmente comienzan mis días, así es como un nuevo camino empieza a abrirse sólo para mí.
Jóvenes…estudien, hagan la tarea, piensen en su futuro, ¡no! ¡esto está mal! Siéntate, bla, bla, bla, miles de frases más que a veces son mi inspiración para seguir y a veces son un escalón lleno de agua por el que me resbalo, eso es lo que dicen mis sabios y a veces no tan adorados maestros. La mayoría de las veces tomo su conocimiento y sabiduría, pero últimamente no entiendo ni una letra de lo que dicen…y todo por mis dolores banales que me aquejan.
El anhelado receso llega, fuuun… el salón se queda sin un alma en pocos segundos, sólo los “intelectuales” permanecen en sus asientos con su cuaderno en la mano, casi pegado a sus narices. Me dispongo a salir a dar una vuelta por la escuela, mi alma está buscando algo, pero mis ojos en definitiva se niegan a mirarlo, es como un imán que me atrae ante la presencia de la causa de mis dolores…y ahí está ante mi presencia mi joven amor, la daga en mi corazón, lágrima de mis ojos, destrucción de mi alma…y, de nuevo los recuerdos empiezan a revivir como una película en retroceso, amor, mi vida, mi cielo y demás palabras cursis que solía escuchar a diario. De esto sólo han quedado cenizas, su desequilibrio químico ha cesado, pero yo aún sigo corrompida… hoy no quiero hablar de eso.
El timbre rompe el hilo de mis recuerdos, tengo que entrar a clases, otra cátedra más, bla, bla, sólo voces y más voces y no logro descifrar nada, sólo espero el fin del día, espero mi anhelada noche, quiero ver a Zadki, como suelo decirle cariñosamente a mi adorado cuervo.
Los minutos pasaron y por fin la oscuridad llegó, la típica aparición de Zadki, hizo palpitar mi corazón de alegría, una noche más con él, otra historia más.
Mirar sus ojos es como mirar todo un mar de sabiduría, él rápidamente identifica la daga que está dentro de mi, a aquel dolor banal que me atormenta, sus ojos me lo dijeron todo, me contó la verdadera definición del amor, escrito en las sagradas escrituras: el amor es paciente y muestra compresión, el amor no tiene celos, no aparenta ,no se infla, no actúa con bajeza, no busca sus propio interés, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo, no se alegra de lo injusto, si no que se goza de la verdad, perdura a pesar de todo y lo soporta todo, el amor nunca pasará, las profecías perderán su razón de ser, callaran las lenguas y ya no servirá el saber más elevado.
Sus palabras me conmueven, yo sé que él tiene la razón.
Zadkiel, a menudo va a la iglesia que se encuentra en el pueblo, se posa en la torre más alta, donde se encuentra una enorme gárgola que custodia el caserío, en el día permanece quieta, y en la noche emprende su vuelo a tierras cercanas vigilando que todo esté bien.
La gárgola que se encuentra erguida en la vieja catedral del pueblo y zadkiel, se han vuelto inseparables compañeros, tienen cosas en común…
Otro día más, me encuentro con Damián, mi coadjutor de la escuela, uno de los pocos que me entiende y no me juzga, juntos nos hemos liberado de nuestras penas, compartimos los mismos pensamientos , esta mañana reflexionamos sobre un término que nos dio un catedrático: adolescente( del verbo adolecer).
Pensamos que de alguna manera tiene razón, pues cuando estamos en la edad de adolecer, hasta el más mínimo viento nos afecta, y deseamos que el mismo cielo sea para nosotros, nos formulamos miles de teorías más. Que a muchos les parecerán locas, pues sólo nosotros las entendemos, solos los dos entendemos el lenguaje de nuestro mundo.
Damián y yo solemos caminar todas las tardes. por el centro del pueblo desviándonos a la orilla del río, donde compartimos nuestras filosofías, le he contado que he estado escribiendo un diario, porque a veces necesito a quien contarle todo lo que me pasa, pero temo aburrirlo con mis historias y que me juzguen, por eso, lo he dejado todo escrito en un cuaderno, donde he procurado apuntar todo lo que me aqueja desde el primer día que recuerdo en mi vida, desde el primer día de escuela, las palabras de mi madre, amigos, el primer amor, y toda mi vida, lo he dejado escrito.
Le he hecho una petición a él, Damian, mi único amigo mortal, el que va a cumplir mis deseos; le he dicho que cuando yo muera quiero que lean mi diario en mi funeral, él se ha desconcertado con mi petición, pues dice que mi final está muy lejos, he observado sus ojos tristes al oír mis palabras, decido desviar el tema, pues no quiero agobiarlo…está llegando la oscuridad y recuerdo mi cita diaria con zadkiel, así que me despido de él.
Es media noche y Zadkiel no ha llegado, mis ojos comienzan a cerrarse y poco a poco me vence el sueño…los rayos del sol se filtran por mi ventana, ha amanecido y no hay rastros de Zadkiel; desesperada, corro a la iglesia del pueblo a buscarlo, miro a lo más alto y no hay rastros de él, sólo esta su paciente amigo la gárgola, pero está inerte y tengo que esperar hasta la noche para que tome vida. A punto de un desmayo, sospechando lo peor, me dirijo a la escuela.
Hoy es el día más largo, estoy impaciente esperando el anochecer, me refugio en los brazos de la soledad pues hoy es mi única compañera.
Por fin la noche ha llegado, espero unas horas a Zadkiel, pero no llega, así que voy en busca de su fiel amigo, lo encuentro volando entre los árboles haciendo su habitual rondín por la zona, con su voz que parece resonar entre piedras, me dice que desde la noche anterior no ha visto a Zadkiel, mi corazón disminuye su palpitar, sabe qué es lo que ha pasado con aquel cuervo… ¿será que ha llegado su juicio final?
Corro sin dirección fija sólo quiero desintegrarme para no sentir la ausencia de zadkiel, pero mi corazón no resiste demasiado y en un brusco respiro detiene su palpitar.
Todo se torna oscuro, esto ¿es mi final?, de repente siento una suave brisa y ya no siento la pesadez de mi cuerpo, estoy más ligera, tan ligera que por fin puedo volar, me pregunto si ha llegado mi final…
He llegado hasta la escena donde mi madre cae de rodillas ante mi cuerpo y con ella mi amigo Damián a su lado trata de darle fuerza, todo se torna silencioso, en un corto tiempo me encuentro en el cuarto de un hospital, decenas de tubos conectados a mi cuerpo, el respirador artificial me impide que me esfume del todo, mi esencia vaga por los pasillos del hospital veo a mi madre que apenas se mantiene en pie y a un lado la sostiene Damián, con mi diario en mano, él cree que es momento de entregárselo a mi madre.
Las primeras letras son leídas: pido perdón por mi pronta partida, mi amada madre por fin sabrás los dolores de mi vida…
Recorro aquel pasillo donde sólo he dejado dolor y voy en busca del destino de zadkiel, ahora puedo volar e ir en su busca. He buscado en el pueblo, en el bosque en todos los rincones, pero no hay rastro de el, ¿Dónde estás zadkiel?.
Decepcionada regreso al hospital, no hay ni un rastro de mi ángel, estoy sentada en uno de los pasillos del hospital, enfermeras y doctores pasan incluso encima de mi.
Estoy vagando por los pasillos del hospital, decenas de enfermos yacen sobre sus camillas, en algunos se hallan sus espíritus al pie de la cama. En la última cama del pasillo más alejado yace el cuerpo de un joven, sus ojos aun están abiertos, en ellos se refleja el sufrimiento de su dolorosa muerte, su cara y todo su cuerpo se ha tornado amarillo, algunas llagas resaltan en sus labios y en su cuerpo, su espíritu se encuentra de lado izquierdo de la camilla y un espléndido ángel está a su derecha cerrando los ojos de aquella cara de semblante triste.
Aquel ángel ere Zadkiel, cumpliendo de nuevo su labor en la tierra. Ahora yo puedo ver lo que los ojos de un vivo no son capases de mirar.
El portal de las dimensiones se abría ante mis ojos y de él salió una suave brisa guiada por una luz incomparablemente bella, ahora dos Ángeles entran en el portal.
¿Cómo es que zadkiel se había librado de su pecado?
Un misterio más para mi…a menos hasta que él venga y me lo aclare.
Hoy es una semana más de mi vida artificial, mi madre aún se mantiene arrodillada esperando una señal de vida.
Sigo esperando un respiro de vida, o quizás la mano piadosa del final. Permanezco a un lado de mi madre, intento abrazarla, pero mis manos atraviesan su cuerpo y ella aún continua llorando, he intentado limpiar sus lágrimas, pero no puedo, nunca me había sentido tan impotente como hoy, lo único que quiero es que mi madre me abrace, pero ni siquiera logra verme.
Temo que puede llagar mi fin.
Zadkiel por fin está a mi lado, por primera vez temo a su presencia.
Ahora convertido en un espléndido ángel lleno de luz conversa conmigo. Dios ha lavado sus pecados ha quitado el amor mortal de su ser y de nuevo es un ángel.
Como el ángel que ahora es ha limpiado mis ojos, ahora veo con claridad, y las nubes de mis pensamientos se han esfumado.
Ahora puedo regresar a mi cuerpo, puedo abrazar a mi madre.
La vida es un regalo divino, y aunque a veces hay espinas en el camino, Dios nos ha dado el poder de mirar el camino, el saber de razonar y la fe, de los errores se aprende, el dolor sólo fortalece al alma.
domingo, 18 de julio de 2010
La definición mas perfecta del amor. CORINTIOS 13
____Corintios 1:13____
Aunque hablara todas las lenguas de los hombres y de los Angeles, si me falta amor sera como bronce que resuena o campana que retiñe.
Aunque tuviera el don de profecia y descubriera todos los misterios - el saber mas elevado -, aunque tuviera tanta fe como para trasladar montes, si me falta amor nada soy.
Aunque repartiera todo lo que poseo e incluso sacrificara mi cuerpo, pero para recibir alabanzas y sin tener el amor, de nada me sirve.
El amor es paciente y muestra comprension. El amor no tiene celos, no aparenta ni se infla. No actua con bajeza ni busca su propio interes, no se deja llevar por la ira y olvida lo malo.
No se alegra de lo injusto, sino que se goza de la verdad. Perdura a pesar de todo, lo cree todo, lo espera todo y lo soporta todo.
El amor nunca pasara. Las profecias perderan su razon de ser, callaran las lenguas y ya no servira el saber mas elevado. Porque este saber queda muy imperfecto, y nuestras profecias son tambien algo muy limitado; y cuando llegue lo perfecto, lo que es limitado desaparecera.
Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba y razonaba como niño. Pero cuando me hice hombre, deje de lado las cosas de niño. Asi tambien en el momento presente vemos las cosas como en un mal espejo y hay que adivinarlas, pero entonces las vemos cara a cara. Ahora conozco en parte, pero entonces conocer como soy conocido.
Ahora, pues, son validas la fe, la esperanza y el amor; las tres, pero la mayor de estas tres es el amor.
++ A MI PARECER LA DEFINICION MAS PERFECTA DEL AMOR, SI TU NO SIENTES ESTO, ¡¡ NO ES AMOR!!
Propósito del blog.
Este blog, lo cree para expresar mi pensamiento, que seguramente abra mas de uno o por lo menos uno que piense igual que yo y si no hay alguien que piense como yo, será un honor para mi tener pensamientos únicos, mis pensamientos serán compartidos con quien los quiera saber.
Comenten a cerca de lo que expreso en mi blog.
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